22.1.12

HAY ALGO




Hay algo,
lo sé siempre que paso ante las cebras
con mi permiso de viajero
embotellado.
Pero sé que hay algo
donde crece la hierva negra,
bajo los pasos de este bosque de semáforos.
Sé que todos regresamos a Ítaca
como palomas de ciudad;
sé que con ese vuelo dibujamos
sabanas de mirto alienado,
que aspiramos al color de nuestro amo;
sé también que seríamos salvajes
si soñáramos en la senda
como lo hacían los elefantes.
Algo hay,
cuando frenamos lo vemos, sin reconocerlo,
frente a nuestro zoológico
esperando la llave y el ojo en la paja ajena
y sé que sabemos, que engarzando camellos en agujas,
nos hemos ido quedando ciegos,
en paz y satisfechos (alimentados).
Hay olvido, lo sé,
entre las piedras que dan sombra
a lo prohibido
y límites como vendas
que ceñimos a nuestros caminos.
Creedme,pues, y vayamos con la visera de nuestras manos,
abriendo el sol del empedrado
hasta encontrar aquella playa
que nos prometió mayo;
teniendo la certeza, aunque no lo veamos,
de que hay algo esperando a ser encontrado.