7.4.11

CADA BESO


Cada beso y tus manos sobre mi cuerpo
dejan en suspenso seis días de permisivos semáforos,
la vuelta a casa de los niños jorobados
avanzando contra el invierno
y el anonimato de tantos viajeros
con los que me cruzo a diario.

Pero todo vuelve con el humo del cigarro;
el aire a rehacerse matemáticamente exacto
entre las treinta y cuatro puertas de este barrio.
el suelo a quebrarse, bajo mis pies,
en rectángulos negros y blancos
y el olor a Nocilla, cortando los labios,
a sortear los coches
y las abundantes lluvias de este año.

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